El conflicto entre el municipio de Resistencia y la empresa Santa Elena culminó con la decisión del gobierno local de retomar el control de la recolección de residuos.
El presidente del Concejo, Alejandro Aradas, en una entrevista con La Mañana de Natagalá, explicó los detalles y la justificación detrás de esta medida.
“Esto lo habíamos manifestado ya hace por lo menos 25 días cuando se había comunicado la rescisión del contrato. Seguramente esta situación no es agradable para nadie”, señaló González. La empresa Santa Elena no pudo mejorar ciertas condiciones esenciales, como la funcionalidad de los camiones de recolección, lo cual fue uno de los puntos más críticos de la gestión anterior.
Desde su asunción, la actual administración trabajó en renegociar las deudas y cumplir con los acuerdos, sin embargo, consideraron que era necesario un cambio de estrategia. “Nosotros entendíamos que la empresa tenía algunas situaciones que tenía que mejorar y que no pudo mejorar”, agregó el presidente del Concejo.
El Municipio licitó la compra de 13 camiones compactadores, con la posibilidad de licitar 5 más. “Esos camiones, los compactadores, hay que ensamblarlos, por un lado viene el camión, por otro lado viene todo lo que es la tolva y el mecanismo de recolección que tienen estos compactadores”, explicó Aradas.
La experiencia previa del Municipio en la gestión de residuos con personal y equipamiento propio respalda esta decisión. “Nosotros teníamos en su mayoría el control de la recolección de residuos domiciliarios, y la verdad que funcionaba bien”, recordó destacando que, durante su gestión anterior, las unidades estaban en perfectas condiciones y se renovaban periódicamente.
La decisión también responde a la necesidad de asegurar el futuro del sistema de recolección, dado que desde el inicio de su mandato, el intendente Roy Nikisch enfatizó la importancia de que el Municipio tenga su propia flota de camiones y choferes.
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