La izquierda francesa logró un inesperado triunfo en la segunda vuelta de las cruciales elecciones legislativas en Francia.
Los resultados suponen un revés para la líder ultraderechista Marine Le Pen, que fracasó así en su intento de alcanzar la mayoría absoluta, que las proyecciones consideraban posible tras la primera vuelta celebrada el domingo pasado.
El primer ministro, Gabriel Attal, anunció su dimisión tras conocerse las primeras proyecciones, pero se mostró dispuesto a dirigir el Ejecutivo de forma provisional ante la situación de bloqueo parlamentario.
Con los 577 escaños ya asignados, el Nuevo Frente Popular (NFP) de socialistas, comunistas, ecologistas y la más radical La Francia Insumisa (LFI) quedó en primer lugar con 182 escaños, más otros 13 independientes de izquierda, según los datos oficiales del Ministerio del Interior.
El bloque macronista, formado por tres partidos, lograba 168 diputados, con una caída apreciable respecto a los 250 que tenía antes, pero mucho menos pronunciada de lo que vaticinaba la primera vuelta. Y el tercer puesto fue para la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), que partía como gran favorita tras su victoria en la primera vuelta y los pronósticos de los sondeos publicados hasta el viernes, pero que se quedaba en 143.
A pesar de esta fuerte decepción, el RN logra un resultado histórico, muy por encima de los 89 diputados de 2022, que ya supusieron un salto excepcional desde los 8 que tenían en 2017. El conservador Los Republicanos (LR) tendrá 45 y otros candidatos independientes de derechas harán lo mismo con otra quincena de asientos de la Cámara baja.
Los pactos implícitos entre el oficialismo y la coalición de izquierdas, consistentes en concentrar el voto en el candidato con más posibilidades de derrotar a RN en cada circunscripción, frustraron las proyecciones que vaticinaban un triunfo de la derecha radical. Así, en más de 200 distritos, hubo renuncias masivas de los candidatos con menor posibilidad de triunfo para polarizar la elección con la RN.
Pero los resultados suponen también un golpe para Macron, de 46 años, que pierde la mayoría simple que gozaba desde 2022 y deberá compartir el poder con un gobierno que no controlará. Su segundo mandato termina en 2027.
¿QUÉ PUEDE PASAR AHORA EN FRANCIA?
A menos de tres semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de París, la incertidumbre planea sobre la composición del próximo gobierno.
Varias hipótesis emergen: Una difícil coalición entre parte de la izquierda y el oficialismo, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario en la segunda economía de la UE.
Sin embargo, una eventual coalición parece difícil por las críticas cruzadas entre La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), importante socio del NFP, y el oficialismo. Macron calificó incluso a este partido de "antiparlamentario" y "antisemita".
Por lo pronto, el jefe de la izquierda radical, Jean-Luc Melenchon, pidió ya a Macron que nombre a un premier de su fuerza. Macron, a su vez, pidió prudencia y dijo que su propia alianza "sigue viva" tras el balotaje.
"La cuestión es quién gobernará a partir de ahora y logrará una mayoría", afirmó el presidente. Desde la ultraderecha, el joven Jordan Bardella, candidato a premier de su fuerza, acusó a Macron de entregarle al país "a los brazos de la extrema izquierda".
Una alternativa a LFI sería integrar en esta coalición a los diputados de derecha de Los Republicanos (LR), que no pactaron con RN. Sus eventuales escaños, entre 57 y 67, podrían ser cruciales para una alianza parlamentaria sin la izquierda radical.
El presidente francés se reunió con el primer ministro y con sus aliados en la tarde, antes de conocerse los primeros resultados, indicaron fuentes de su alianza. Su entorno descarta por el momento un discurso suyo.
Los primeros pactos podrían llegar a partir del 18 de julio, cuando los nuevos diputados tengan que elegir la presidencia de la Asamblea Nacional y los principales cargos de la cámara baja.