En el marco del Día Internacional de la Celiaquía, conmemorado cada 5 de mayo, Elba Anrique, paciente celíaca y docente chaqueña, compartió su experiencia con esta enfermedad autoinmune y expuso las múltiples dificultades que enfrentan quienes conviven con esta condición en Argentina, desde el acceso a alimentos hasta el cumplimiento de las normativas vigentes.
“Argentina es un país pionero en el reconocimiento de la celiaquía como una condición que requiere políticas públicas. Pero falta mucho por hacer, sobre todo empatía y compromiso”, expresó Anrique en La Mañana de Natagalá.
Si bien valoró el avance legislativo mencionando las leyes 26.588 y 27.196 que garantizan derechos como el diagnóstico y el acceso a una alimentación adecuada, advirtió que “no siempre se cumplen” y que muchas obras sociales y comercios desoyen estas normativas.
En ese sentido, señaló que los productos aptos para celíacos no sólo son costosos, sino que muchas veces están mal ubicados en góndolas de supermercados, favoreciendo la contaminación cruzada con alimentos con gluten. “Una premezcla sin gluten puede costar cuatro o cinco veces más que una harina común, y ni siquiera es más sana. La doctora me recomienda harinas de quinoa o garbanzo, pero 250 gramos pueden costar 7.000 pesos”, denunció.
Anrique también destacó la falta de conocimiento en el rubro gastronómico: “fui a un restaurante y me ofrecieron papas fritas como comida para celíacos porque le sacaban la hamburguesa. No es así. Valoro cuando son sinceros y te dicen que no están preparados, pero hay muchos que con tal de vender, te aseguran que es seguro y después uno termina mal en su casa”.
El testimonio de Anrique también hizo hincapié en el largo camino hacia un diagnóstico acertado: “desde los ocho años tenía síntomas y me decían que era gastritis o mala alimentación.
Recién de adulta, ya con secuelas como una anemia crónica, me diagnosticaron”. A partir de su experiencia personal, llamó a la población a informarse y consultar ante síntomas inespecíficos, ya que “más del 80% de los casos de celiaquía están sin diagnóstico porque los síntomas se confunden con otras enfermedades”.
Consultada sobre la posibilidad de brindar asesoramiento, explicó que, aunque no forma parte de una organización formal, dio talleres en escuelas donde detectó casos sospechosos entre sus estudiantes.
Además, mencionó la labor de la Asociación Celíaca Argentina, que ofrece talleres gratuitos para pacientes y cursos arancelados para personas interesadas en elaborar alimentos libres de gluten y sin contaminación cruzada.
“El único tratamiento es una dieta estricta y permanente sin gluten. Por eso es fundamental la información, pero también el compromiso real del Estado, de las instituciones, de los comercios, y de la sociedad”, concluyó.
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