Dos personas fueron sentenciadas este lunes por un tribunal de Swindon a 14 y 5 meses de cárcel por haber accedido "ilegalmente" a imágenes de la autopsia practicada al futbolista argentino Emiliano Sala, de las que tomaron fotos que terminaron circulando en las redes sociales.

Sala falleció a los 28 años el pasado 21 de enero en un accidente de avioneta, cuando acababa de fichar por el Cardiff City, y su cuerpo sin vida fue recuperado el 6 de febrero, tras lo que se procedió a la autopsia en la morgue de Bournemouth Borough al día siguiente.

Sherry Bray, de 49 años, directora de una compañía de cámaras de seguridad internas y su empleado del turno de noche Christopher Ashford, de 62 años, accedieron de manera ilegal al material gráfico del cuerpo del jugador durante su autopsia, según se desprendió de este proceso judicial. Bray, dueño de la empresa que proveía el sistema cerrados de cámaras de la morgue, fue encarcelado por 14 meses y Ashford, empleado de la misma, por cinco meses.

Ambos individuos visionaron posteriormente el proceso y provocaron que una imagen del cadáver de Sala terminara circulando en varias redes sociales.

En una audiencia celebrada este lunes en el Tribunal de Swindon, el juez admitió que si bien ninguno de los procesados cometió el delito motivado por una razón "financiera", ambos lo hicieron llevados por una "curiosidad morbosa" y, en el caso de Ashford, "por su interés en la ciencia forense". "Ninguno de esos delitos fueron sofisticados ni involucraron ningún grado de planificación significativa", agregó.

La noche anterior al traslado del cadáver del jugador a la morgue, Bray envió un mensaje a su empleado advirtiéndole de la llegada del cuerpo. Ambos, que fueron detenidos el pasado abril por la policía británica y que se declararon culpables, presenciaron el clip de la autopsia durante sus turnos de trabajo antes de que Bray tomara una imagen con su teléfono móvil y se la enviara a su hija por el sistema de mensajería de Facebook.

La instantánea terminó siendo compartida ampliamente en varias redes sociales como Twitter. Tras advertir que la policía investigaba la filtración, Bray borró el fichero de su móvil y pidió a Ashford que hiciera lo mismo.


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