El detenido por el crimen de Gabriela Degiorgio había cumplido una condena por robo y abuso sexual.

El detenido por violar y asesinar a una comerciante de 37 años en el interior de un local de ropa de la localidad santafesina de Esperanza había salido hace cuatro meses de la cárcel. El fiscal a cargo de la investigación lo imputó por homicidio calificado criminis causae y por mediar violencia de género, femicidio, abuso sexual con acceso carnal y robo, y anticipó que buscará la pena máxima.

Se trata de Jorge Alberto Romero, quien el 16 de julio pasado terminó de cumplir su condena a seis años de prisión por robo y abuso sexual. Cuatro meses fue el tiempo que le llevó volver a atacar. La víctima ahora fue Gabriela Degiorgio y como el caso anterior por el que estuvo preso, la asaltó, abusó sexualmente de ella y la mató.

"El imputado ingresó al negocio, se hizo pasar por un cliente, la empujó y la forzó a entrar en un vestidor de ropa, le exigió dinero e intentó abusar sexualmente de ella.

Como la mujer se resistió y comenzó a gritar, la golpeó en reiteradas oportunidades hasta dejarla inconsciente. En ese contexto fue que aprovechó la situación y abusó sexualmente de la víctima. Después del ataque sexual, la volvió a golpear hasta quitarle la vida", detalló el fiscal Alejandro Benítez a Diario Uno.

El crimen

Degiorgio estaba atendiendo su negocio de diseño cuando entró Romero. Unos minutos antes, el acusado se había bajado de un micro en la terminal y los investigadores creen que eligió a la víctima al voleo.

Salió del local unos veinte minutos después de haber ingresado: ya había matado a golpes a la mujer. Una cámara de seguridad lo registró poco después en una panadería ubicada a 100 metros de la escena del crimen. Compró una botella de agua con la que se lavó las manos y volvió a su casa en un remís.

Romero se entregó un día después en una comisaría. "Dejen de buscar, soy yo el que mató a la mujer", dijo a la policía. Tras su detención detectaron que no había sido su primera vez. Seis años atrás atacó a otra comerciante, a la que había ido a pedirle trabajo. Trató de abusar de ella y como se resistió empezó a golpearla.

Un cliente que entró por casualidad la salvó de un destino fatal y los datos que el acusado le había dejado para la búsqueda laboral facilitaron su detención poco después. Por ese caso cumplió una condena de seis años de prisión.


COMPARTIR