El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este lunes que la privatización de la gigante Petrobras está en el "radar" del Gobierno y afirmó que el aumento del 73,4% de los combustibles en su país no es "maldad" de su parte sino parte de un incremento de los precios internacionales del petróleo.

En medio de la nueva política del Gobierno, que ha decidido eliminar el techo fiscal para poder aumentar los planes sociales en 2022, año en el cual se juega la reelección, Bolsonaro intentó enviar un mensaje al mercado financiero, cuyos agentes lo han fustigado por haber abandonado las políticas de restricción del gasto público.

"La privatización de Petrobras entró en nuestro radar, pero privatizar cualquier empresa no es algo fácil... poner la empresa en la góndola, y ya está. Es una complicación enorme. Si uno le saca el monopolio al Estado y lo pone en manos de una persona el problema sigue", dijo el ultraderechista.

El presidente reiteró que sus posiciones políticas e ideológicas le impiden intervenir en el precio de los combustibles, luego de que su posición promercado sufriera cierto menoscabo en los últimos días con la renuncia de cinco funcionarios del ala neoliberal de su Gobierno.

Las dimisiones llegaron luego de que Bolsonaro anunciara que para pagar dinero extra a 17 millones de familias habrá una enmienda constitucional para esquivar la ley del techo del gasto público que congeló el presupuesto desde 2016 a 2036.

Justamente Petrobras anunció este lunes un 7% de aumento en las naftas y del 9,5% en el diésel, al tiempo que grupos de camioneros preparan una paralización para noviembre, rechazando la promesa de un plan social de 400 reales (70 dólares mensuales durante 2022) hecha por Bolsonaro para compensar el aumento de los combustibles

"Hay aumentos de los combustibles. Me gustaría que no haya aumentos pero hay que ver el precio mundial del barril de petróleo y el precio del dólar acá adentro. No es que aumenta porque yo soy malvado", disparó Bolsonaro en declaraciones a una radio de Mato Grosso do Sul.

El ala política del Gobierno comenzó la semana bajo la lupa del mercado financiero, pero con la certeza de que ha quedado más debilitado el ministro de Economía, Paulo Guedes, con la eliminación del techo del gasto para terminar con el Bolsa Familiar, el megaplan contra el hambre y la miseria del Partido de los trabajadores, e instalar el temporario Auxilio Brasil, marca social de Bolsonaro.

Lo cierto es que un Gobierno reseteado en sus fundamentos fiscales para 2022 le ha dado vigor a las ambiciones de reelección de Bolsonaro, aunque el mercado financiero espera un aumento de la tasa de interés en 2022 al ver una inflación de dos dígitos.

El diario brasileño O Globo, que editorialmente se inclina por un candidato liberal, al que se llama 'de tercera vía', alertó hoy que fondos de inversión brasileños temen que el presidente Bolsonaro sufra el "efecto Mauricio Macri".

O Globo citó a cinco agentes de fondos de inversión brasileños que temen que el aumento del gasto y el endeudamiento provoque una crisis en varios frentes que le impida a Bolsonaro su reelección, así como Macri no pudo conservar el cargo al perder las elecciones en 2019 con el presidente Alberto Fernández.

"Altas tasas e inflación persistente, desempleo, pobreza y una enorme incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno en solucionar problemas.

El escenario económico de los meses anteriores a la elección argentina en 2019, que coronó la derrota del liberal Mauricio Macri, pasó a formar parte de las proyecciones para Brasil en 2022 desde que se supo que se rompería el techo de gastos por parte de Bolsonaro y Guedes", dice O Globo.

"La respuesta de Guedes tiene el riesgo de la pérdida de control. La negación del problema de dinámica de la deuda, como Macri negó durante mucho tiempo, lleva al riesgo de colapso", dijo Carlos Woelz, socio del fondo de inversión Kapitalo.


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