
Marcela Acuña declaró este miércoles ante el jurado popular que la juzga como partícipe primaria en el femicidio de Cecilia Strzyzowski, en una extensa exposición de casi una hora en la que lloró, pidió disculpas y afirmó que nunca vio el cuerpo de la joven desaparecida el 2 de junio de 2023.
La imputada, aseguró que ese día solo divisó "un bulto" en su vivienda y que nunca dio órdenes para ocultar o quemar evidencias, contradiciendo directamente la acusación fiscal que la señala como parte de un plan criminal junto a su hijo César Sena y su pareja Emerenciano Sena.
En su relato, Acuña describió la relación de su hijo con Cecilia como algo que intentó manejar "como mamá", admitiendo que ocultó a Emerenciano Sena el casamiento y posterior divorcio de la pareja joven.
La dirigente del movimiento de trabajadores desocupados explicó que cuando César llegó el 2 de junio con arañazos visibles y le contó que se había peleado con Cecilia, ella lo notó "extraño" y con una actitud diferente a la habitual.
Acuña relató que ese mediodía su hijo no comió en el comedor del barrio y regresó a la casa familiar, donde más tarde ella descubriría algo que la llevaría a contactar a referentes del movimiento social.
La imputada reconoció que alrededor de las 16, al ingresar a la planta baja de su vivienda, vio una puerta semiabierta en un sector donde normalmente nadie entraba. Al revisar, encontró "un bulto" en una de las habitaciones, lo que inmediatamente relacionó con los arañazos que había visto en su hijo.
Acuña aseguró que salió "espantada" del lugar y que nunca pudo confirmar qué era exactamente lo que había visto, por lo que decidió pedirle a Gustavo Obregón que fuera a verificar. "Le pedí que me saque el problema de encima, pero nunca le dije qué tenía que hacer", afirmó ante el jurado.
En uno de los pasajes más emotivos de su declaración, Acuña admitió su responsabilidad como madre: "soy culpable de no haberme dado cuenta del estado de salud mental de mi hijo. De eso sí soy culpable".
La acusada reveló que César estaba en tratamiento psicológico con una profesional que le había advertido que el joven se encontraba en "alarma roja", información a la que ella no le dio importancia en su momento. También reconoció que ocultó información a Emerenciano Sena durante todo ese día porque sabía que, de enterarse, él denunciaría inmediatamente a las autoridades.
Acuña negó categóricamente haber participado en la planificación del crimen o haber dado órdenes para trasladar y quemar el cuerpo, como sostiene la fiscalía. "Si César quería matar a alguien, ¿la iba a llevar a mi casa donde hay gente?", cuestionó ante el jurado, argumentando que no existe ningún elemento que demuestre planificación de su parte.
La imputada también se defendió de las acusaciones mediáticas que la señalaron como autora material del femicidio, afirmando que fue víctima de un proceso penal "mediático" paralelo al judicial que destruyó a su familia y al movimiento social que lideraba junto a Emerenciano Sena.
La declaración concluyó con Acuña pidiendo disculpas a múltiples personas, incluyendo a Emerenciano Sena, a los compañeros del barrio, a su familia y a Gloria Romero, madre de Cecilia. "Lo que me pase a mí no me importa, pero esa chica, ¿qué móvil podría tener yo con una chica que ni conocía?", expresó entre lágrimas.
La defensa oficial que la representa no formuló preguntas adicionales, mientras que ni la fiscalía ni la querella ejercieron su derecho a interrogarla, dejando su versión de los hechos como único testimonio directo sobre su participación en el caso que conmocionó a la provincia del Chaco.
