Dos nuevos estudios sugieren que el vapeo supone el mismo riesgo de contraer enfermedades cardíacas que fumar cigarrillos porque afecta el colesterol y disminuye el flujo sanguíneo en el cuerpo.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos han vinculado el vapeo a 1479 casos de una misteriosa enfermedad pulmonar en los últimos seis meses. Al menos 33 personas han muerto desde que comenzó el brote.

Los fabricantes de cigarrillos electrónicos han vendido sus productos como una alternativa para los fumadores adultos adictos a la nicotina. Sin embargo, para miles de jóvenes que nunca han fumado, su consumo juega el papel opuesto: establece una adicción a la sustancia que finalmente conducirá al tabaquismo.

Después de la aparición del primer caso en la Argentina de una lesión pulmonar asociada al consumo del cigarrillo electrónico, la Secretaría de Salud de la Nación emitió un alerta epidemiológica en el que invita a los profesionales de todo el país a tomar cartas en el asunto. La cartera sanitaria publicó un documento oficial en el que se insta a los profesionales a informar sobre casos posibles y confirmados.

El objetivo es mejorar el registro y acumular información sobre las enfermedades pulmonares y el cigarrillo electrónico.

Ahora, en dos estudios separados que se presentarán en la próxima reunión de la Sesión Científica de la American Heart Association (AHA) en Filadelfia esta semana, se demostró que el uso de los cigarrillos electrónicos afecta el colesterol, así como la capacidad del cuerpo para bombear sangre y podría ser incluso más dañino para el corazón que fumar cigarrillos convencionales.

Si bien en el algún momento se creyó que los cigarrillos electrónicos eran hasta un 95% más seguros que el tabaco tradicional, investigadores de los Estados Unidos descubrieron que los dispositivos pueden desencadenar cambios en el colesterol relacionados con una enfermedad cardíaca mortal, similar a los cigarrillos.

Además según pudieron comprobar, el vapeo también sofoca la capacidad del corazón para bombear sangre del cuerpo tanto o más que las formas tradicionales de tabaco.

Fumar cigarrillos aumenta la frecuencia cardíaca, tensa las arterias principales y puede causar un ritmo cardíaco irregular, todo lo cual hace que el corazón trabaje más. El hábito mortal también aumenta la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de un derrame cerebral y un ataque cardíaco.

Los científicos, sin embargo, no están seguros de por qué los cigarrillos electrónicos causan cambios similares en la salud del corazón, a pesar de que contienen menos productos químicos nocivos que los cigarrillos estándar.


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