Con un penal -vía VAR- de Borré y un golazo de Nacho Fernández, el equipo de Gallardo le ganó 2-0 a Boca y le hizo precio. El finalista de la Copa se define en la Bombonera.
La bandera negra con letras blancas mayúsculas que se posaba detrás del arco del Río de la Plata resultaba inapelable, más allá del mal gusto. “Mi mayor alegría, tu peor desgracia... QEPD”. Antes, durante y después del 2-0, el hit de la noche sacó a pasear a unos y a otros por el pasado diciembre, por la capital española.
Ni un año pasó. Pero el duelo continúa (algunos siguen pagando en cuotas el viaje al Bernabéu). Con sólo ver las caras dentro del campo alcanza y sobra... Algunas sentencias suelen ser relativas. Pero si es cierto nomás que, como dice la canción patria en el mundo River, Boca “murió en Madrid”, lo cierto parece ser que en Núñez lo empezó a velar. Tarde pero seguro.
Como el VAR de Raphael Claus. Igualmente, lo de River fue Monumental en el superclásico copero después del gran superclásico copero. Pero no definitorio. Al Xeneize todavía le queda el tiro del final. En el mejor y en el peor de los sentidos. En definitiva, la sacó barata. Es cierto, tuvo chances claritas para empatar/descontar/mojar de visitante.
Pero en el micro, que esta vez no descansó en su área, se llevó apenas dos golcitos en la baulera. Negoción. Borré y Nacho Fernández salieron en la foto que dejó con las ganas a Lechuga Alfaro y cía (incluso a De Rossi, quien ni pintó por el banco) aunque, para variar, el gran ganador de la ida semifinal fue un tal Gallardo.
Invicto contra Boca en torneos internacionales, cuatro eliminaciones seguidas al Xeneize, enrrachado en 14 partidos por Libertadores (sólo perdió uno, el 2-4 frente a Lanús, de los últimos 25 por la Copa) y su performance en series mano a mano alcanza un récord de 22-3. Y contando... Sí, lo del Muñeco también es Monumental.