El gobierno dispuso un aumento en los impuestos al combustible liquido y al dióxido de carbono, por lo que los combustibles ajustarán sus precios un 5%. En Buenos Aires, el litro de nafta súper costará $836 en YPF.

En los primeros 90 días del gobierno de Javier Milei, los combustibles aumentaron casi un 50%. El pico más alto de subas se dio en enero, cuando los precios ascendieron un 25%, y desde febrero se vio una desaceleración en la suba de los precios. En esta ocasión, el precio aumentará $29,96.

La raíz del incremento es la suba del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono, impuestos descongelados desde febrero y que ya acumulan un incremento del 376,61% en lo que va del año. El aumento busca recaudar cerca de 3.000 millones de dólares, aproximadamente un 0,5% del PIB.

Sumado al ajuste en los impuestos, otras razones detrás de la actualización son la devaluación del peso frente al dólar, moneda utilizada para negociar el combustible en el mercado internacional; y el pedido de los refinadores de adquirir petróleo a precios internacionales, la llamada «paridad de exportación».

Desde el Ministerio de Economía, el ministro Caputo pidió al sector energético que modere el aumento para no afectar los registros inflacionarios mensuales. Desde el Gobierno se espera avanzar en la «sinceración» de los precios durante los próximos meses, que significará una liberación del mercado de combustibles.

La única región que no se verá golpeada por la suba es la Patagonia, que gracias a su condición como productora, se encuentra exenta de pagar las tasas.

La demanda en caída

El titular de la Cámara de Combustibles, Carlos Gold, señalo que el consumo de combustibles decayó un 50% en algunas zonas del país.

Esta puntualización acompaña los últimos informes que señalan que desde el comienzo de 2024, los indicadores de consumo hay caído. Junto con la nafta y gasoil, otra de las áreas más afectadas por la inflación es el sector ganadero, que registró una baja del 25%.


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