El ataque será uno de los temas centrales de la reunión de líderes mundiales que comienza mañana en la Asamblea General de la ONU, mientras expertos internacionales investigan qué sucedió y quién fue responsable.

El Reino Unido, Francia y Alemania se sumaron a Estados Unidos y acusaron a Irán de un ataque contra instalaciones petroleras en Arabia Saudita que escaló aún más las tensiones en la zona del golfo Pérsico.

Irán rechazó las acusaciones europeas e insistió en negar su responsabilidad diciendo que si la acción hubiera sido obra suya, "no habría quedado nada" de la planta de procesamiento de petróleo que fue uno de los blancos del ataque de la semana pasada.

Rebeldes de Yemen apoyados políticamente por Irán reivindicaron los ataques del 14 de septiembre, pero Estados Unidos dijo que los drones y misiles utilizados provinieron del Norte, no del Sur, donde queda Yemen, y que fue un "acto de guerra" iraní.


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