Ridley Scott cumplirá 84 años el próximo 30 de noviembre, una edad a la que muchos directores hace ya tiempo que optaron por el retiro, fuera deseado o forzado. No es su caso, ya que este mismo año va a estrenar dos películas. La primera en llegar es 'El último duelo' y en breve será el turno de 'La casa Gucci'.

Inspirada en un llamativo caso real -aunque no fuese realmente el último enfrentamiento de estas características que tuvo lugar-, 'Él último duelo' es una historia contada desde tres perspectivas diferentes, la de dos hombres que una vez fueron amigos y la esposa de uno de ellos, sobre un caso de violación y las diferentes consecuencias de lo sucedido.

Pese a tratarse de un relato medieval, hay también algo de moderno en el enfoque adoptado por el guion escrito por Matt Damon, Ben Affleck y Nicole Holofcener -'Sobran las palabras'-, algo más evidente en su tramo final, donde queda claro que la protagonista va a salir perdiendo gane quien gane. A fin de cuentas, las reglas eran otras por aquel entonces.

Sin embargo, tampoco quiero adelantarme tanto ni desvelar más de la cuenta sobre una película que ya logra seducirte con ese ímpetu con el que propone los intentos del personaje de Damon por demostrar su valía. Tan buen guerrero como acomplejado en su faceta más social, su Jean de Carrouges no deja de ser un animal instintivo que encaja muy bien con la sociedad de la época.

Obviamente, él se ve mejor a sí mismo de lo que realmente es, cosa que la película irá aclarando después, estando ahí una de las fortalezas de 'El último duelo', ya que es verdad que hay ciertas repeticiones a la hora de volver otra vez sobre lo mismo, pero en ningún momento se hace repetitivo. De hecho, te engancha desde el minuto uno para no soltarte hasta la llegada del breve epílogo con el que se cierra la historia.

Antes de eso hay mucha intensidad, sí, pero sin confiarlo todo a ello. Aquí también hay espacio para el humor, el misterio, la rivalidad -la relación entre ellos ya estaba deteriorada de antemano- y los juegos de poder. Todo ello sabiendo siempre dar con la tecla adecuada para reflejar el punto de vista dominante en cada momento sin caer en el error de que eso desequilibre la película.

Ese mimo se nota a todos los niveles, desde un trabajo de ambientación de primerísimo nivel hasta los pormenores del brutal duelo entre los personajes interpretado por Damon y Adam Driver. No hay nada dejado al azar y todo fluye con el ritmo idóneo, logrando que sus dos horas y medias de metraje se pasen volando por lo absorbente que resulta lo que sucede en pantalla.

Todo ello está ilustrado con la energía necesaria para que el ritmo nunca desfallezca. A veces más ágil y otras más reposada, pero siempre con la sensación de que la película avanza con pie firme. Es verdad que Scott nunca es precisamente sutil y habrá quien se lo eche en cara, pero para mí es justo lo que pedía la película, bajar al barro y dar rienda suelta a los instintos más primarios, no centrarse en las luchas de poder en la sombra.

De eso también hay en la película, estando especialmente inspirado el guion en lo referente a la estrategia del Jacques Le Gris de Driver para intentar irse de rositas tras lo sucedido, pero es que esta es una historia mucho más visceral condenada a resolverse de forma salvaje precisamente por esa sucia táctica.

La guinda a todo esto es un reparto de primera. Tanto Damon centrado en su lado más primario como Driver abrazando su lado más de encantador de serpientes están estupendos en sus personajes y también lo esta Affleck, pero al final la verdadera fuerza impulsora para convertir una muy buena película en una imprescindible es Jodie Comer. Ella es la que aporta ese factor emocional más cercano sin necesidad de grandes momentos dramáticos. Ya estaba totalmente conquistado para cuando llegamos a su versión de los hechos, pero es que la película crece aún más entonces.

'El último duelo' es excelente en todo lo que se propone, tanto en su retrato de una rivalidad llevada a sus últimas consecuencias como explorando el dolor causado en ella. Todo ello dando un toque más moderno a la historia pero sin traicionar el momento histórico en el que sucede. Engancha, entretiene y fascina.

Fuente: Espinof


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