sábado 14 de diciembre, 2024

Esta vez, será una mujer quien tome el desafío de cruzar el Canal de la Mancha sin traje de neoprene

17 de septiembre 2019

Finalmente, después de dos años de entrenamiento en aguas frías, llegó al Reino Unido La marplatense Catalina Giaccaglia, para cruzar el Canal de la Mancha sin traje de neoprene. Es un cruce oficial, fiscalizado por el Channel Swimming Association, fundado en 1927, que observa y autentifica el cruce.

Giaccaglia, de 35 años, tiene unos días para aclimatarse, "relojear" esas aguas, que son bravas por el viento y el oleaje y que hoy están en los 16 grados, y entrenar. A partir del viernes 20 (y por una semana), el capitán del Louise Jane, el barco que la va a acompañar en este trayecto de 37 kilómetros entre Dover y Calais, elegirá el momento más oportuno, según las condiciones climáticas. A partir de ahí, le esperan entre 12 y 16 horas en el agua, con parte del trayecto de noche.

"Ya estoy en Folkestone, un pueblo inglés a orilla del mar que siempre aloja a los nadadores del Canal. Es un lindo lugar para entrenar", asegura Caty.

"Estuve estos dos años practicando en el mar, con mis entrenadores, y con mis compañeros de pileta, que también me ayudaron. Si bien siento presión, yo sé que hice el trabajo que tenía que hacer", comenta ante la pregunta sobre los nervios, la presión, y qué sucedería si no lo logra, algo que le pasó hace pocos días al también argentino Matías Ola.

"Puede pasar que no se concrete, pero estoy tranquila. Se trata de confiar en lo que se hizo, en el camino que se recorrió", agrega, pero íntimamente, se tiene mucha, mucha fe.

Entre tantos desafíos que se propuso y que cumplió, nadó sin traje en las aguas de Malvinas. También realizó un trayecto de 8 horas en aguas abiertas, comenzando a las 5 de la mañana para tener la experiencia de nadar de noche y en las heladas aguas del Atlántico, en Mar del Plata, en invierno y sin traje de agua.

Arriba del barco, además de Claudio, su entrenador de aguas abiertas, estará su padre, Mariano Giaccaglia, un hombre de mar, con toda una vida en la playa, vigilando a los bañistas y haciendo rescates contra viento y marea, literal.

También, en el barco, un observador que vigilará que se cumplan todas las condiciones para obtener la victoria: no usar traje, no parar (solamente para tomar agua), no usar patas de rana, no tocar el barco...

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