El duque de Edimburgo y marido de la reina Isabell II, murió este viernes a los 99 años en el palacio de Windsor, según confirmó la familia real británica, en un comunicado.

“Es con gran pesar que su majestad la reina anuncia la muerte de su amado marido, su alteza real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, señaló el Palacio de Buckingham, desde sus redes sociales oficiales.

En marzo pasado, el príncipe Felipe debió someterse a una cirugía cardíaca que lo mantuvo internado por varios días, hasta que fue dado de alta el martes 16.

Por la muerte del príncipe Felipe, el primer ministro Boris Johnson leyó un comunicado oficial de pésame: “Ayudó a dirigir la Familia Real y la Monarquía para que permanecieran como una institución indisputablemente vital para el equilibrio y la felicidad de nuestra vida nacional”.

Y agregó:  “La Familia Real se une a las personas de todo el mundo para lamentar su pérdida” y luego informó que “se harán más anuncios a su debido tiempo”.

A sus 18 años, Felipe conoció a Isabel que tenía 13 años, y se enamoraron, pero recién se casaron ocho años después, el 20 de noviembre de 1947. Y desde entonces, fue nombrado Duque de Edimburgo, por lo que debió renunciar a su apellido, sus títulos de nobleza anteriores y a su religión ortodoxa.

En febrero de 1952, con la muerte de su suegro, el rey Jorge VI, debió ponerle el fin de su carrera de oficial en la Marina e inauguró la de príncipe consorte que le siguió el resto de su vida.

Acompañó las actividades públicas de la reina hasta 2017, tras haber participado en más de 22.000 actos oficiales, donde se mostró siempre a la sombra de su esposa, aunque fiel a su estilo políticamente incorrecto.


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