En un discurso con citas a los pensadores clásicos y referencias a la literatura griega, Jorge Bergoglio destacó la historia de la capital helénica y aseguró: "Aquí nació la democracia. La cuna, milenios después, se convirtió en una casa, una gran casa de pueblos democráticos: me refiero a la Unión Europea y al sueño de paz y fraternidad que representa para tantos pueblos".

"Sin embargo, no se puede dejar de constatar con preocupación cómo hoy, no sólo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia", planteó luego, en medio de la gira mediterránea con la que busca llamar la atención de Europa para una política migratoria más abierta.

El pontífice aterrizó en el aeropuerto de Atenas para continuar su gira.

La democracia, argumentó el pontífice argentino de 84 años, "requiere la participación y la implicación de todos y por tanto exige esfuerzo y paciencia; la democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos se muestran atrayentes".

De todos modos, expresó el Papa, "en diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar conducen a una suerte de escepticismo democrático".

"Sin embargo, la participación de todos es una exigencia fundamental, no sólo para alcanzar objetivos comunes, sino porque responde a lo que somos: seres sociales, irrepetibles y al mismo tiempo interdependientes", indicó Francisco, que ya había dedicado su última encíclica, Fratelli tutti, a la política como "forma elevada de caridad".

"En diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar conducen a una suerte de escepticismo democrático"Papa Francisco

En un marco en que movimientos autopercibidos como antipolítica crecen en varios países del mundo, el Papa aseveró que "también existe un escepticismo, en relación a la democracia, provocado por la distancia de las instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia".

"El remedio a esto no está en la búsqueda obsesiva de popularidad, en la sed de visibilidad, en la proclamación de promesas imposibles o en la adhesión a abstractas colonizaciones ideológicas, sino que está en la buena política", planteó en ese marco.

"Porque la política es algo bueno y así debe ser en la práctica, en cuanto responsabilidad suprema del ciudadano, en cuanto arte del bien común", enfatizó Bergoglio, que durante toda la gira es acompañado por un enviado de Télam a bordo del avión papal.

"Para que el bien sea realmente participado, hay que dirigir una atención particular, diría prioritaria, a las franjas más débiles. Esta es la dirección a seguir, que un padre fundador de Europa indicó como antídoto para las polarizaciones que animan la democracia, pero que amenazan con exasperarla", indicó, parafraseando al italiano Alcide De Gasperi.

Según Bergoglio, "en este sentido, es necesario un cambio de ritmo, mientras cada día se difunden miedos, amplificados por la comunicación virtual, y se elaboran teorías para oponerse a los demás", planteó en una renovada crítica a algunos discursos promovidos desde las redes sociales.

"Ayudémonos, en cambio, a pasar del partidismo a la participación; del mero compromiso por sostener la propia facción a implicarse activamente por la promoción de todos", convocó.

En su discurso, pidió además que esa "participación" sirva como motivación en otros frentes como clima, pandemia, mercado común "y sobre todo en las pobrezas extendidas".

"Son desafíos que piden colaborar de manera concreta y activa, lo necesita la comunidad internacional, para abrir caminos de paz a través de un multilateralismo que no sea sofocado por excesivas pretensiones nacionalistas", fue la invitación papal.

"Lo necesita la política, para poner las exigencias comunes ante los intereses privados", enfatizó.


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