El pastor Arnoldo Aranda, obispo ordenado de la Iglesia de Dios, reflexionó sobre el sentido espiritual de la Navidad y el valor de la fe en tiempos complejos, durante una entrevista en El Resumen de Natagalá en la previa de Nochebuena. En ese marco, destacó que para el cristianismo el eje central no es la celebración en sí misma, sino el significado profundo del nacimiento de Jesús.
Aranda explicó que, desde una mirada bíblica, no existe certeza histórica sobre el 24 o 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo.
“La Biblia no habla de Navidad ni fija un día, lo que sí relata es el acontecimiento sobrenatural del nacimiento de Jesús”, sostuvo y agregó que diversos estudios ubican ese hecho en meses de primavera, descartando el invierno del hemisferio norte.
El pastor destacó especialmente la figura de María y de José, a quienes definió como ejemplos de fe, obediencia y humildad. Sobre la madre de Jesús señaló que fue “una mujer bendita y escogida por Dios”, mientras que de José resaltó su rol como “un hombre de fe que protegió y honró a María aun en medio de la incomprensión social”.
Consultado por la situación social y económica que atraviesan el país y la provincia, Aranda consideró que los momentos de crisis suelen ser propicios para el reencuentro con la fe. “Cuando al ser humano se le acaba la autosuficiencia, empieza a buscar a Dios”, afirmó y sostuvo que la fe puede ser un sostén ante la incertidumbre, la falta de trabajo y los problemas familiares.
Finalmente, el referente religioso cuestionó las corrientes que asocian la fe exclusivamente al progreso material y reivindicó un mensaje centrado en la transformación interior.
“El dinero no es malo, pero cuando ocupa el lugar de Dios se convierte en un ídolo”, expresó y subrayó la importancia del trabajo comunitario y del diálogo interreligioso para acompañar a los sectores más vulnerables de la sociedad.
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